«La reforma laboral se encuentra en un punto de inflexión. Por un lado, el fallo del Tribunal Constitucional eliminó y redujo aspectos esenciales del nuevo entramado normativo que se pretendía dibujar sobre el sistema de relaciones laborales existente en el país. Por otro, tal cual se aprobó el proyecto, muchas de sus normas pierden aplicación práctica después de la decisión del TC, cuestión que necesariamente obligará a una nueva intervención legislativa. Si bien es cierto el proyecto logró avanzar en algunos cambios esenciales que reclamaba el mundo sindical, también parece evidente que el modelo de negociación colectiva imperante en Chile no ha sufrido cambios estructurales. Todo esto nos devuelve al problema inicial: sin un consenso básico, el sistema de relaciones laborales no podrá interpretar genuinamente a todos los actores sociales.»