En la Cena de Egreso de Derecho UAH Generación 2013, hubo tiempo para la conversación y la reflexión. En este artículo, tanto académicos como egresados de la facultad se refirieron al sello social de la universidad jesuita y la vocación pública que resulta presente en sus profesionales.
La elección de los alumnos a incorporarse a la Facultad de Derecho en la Universidad Alberto Hurtado se basa en factores múltiples y uno de ellos –muchas veces el más importante– es el sello social que ellos mismos –ahora egresados– reconocen en la facultad y que sus profesores impulsan e identifican en los profesionales que forman.
“Ser un abogado de la UAH significa ser un profesional con un sello distinto, que obviamente nos diferencia del resto de las universidades. Un sello que viene unido a este rol social que es propio de la Alberto Hurtado”, relata Esteban Rojas, estudiante perteneciente a la generación 2013 e invitado a la Cena de Egreso. Sostiene además que la facultad porta e impulsa “un rol social, una mirada distinta acerca de la sociedad, del desarrollo económico, social y religioso. Una apertura de mente que pocas veces se da en una instancia de educación superior”.
Esto se replica en la opinión de otros egresados, como Sol Moure: “Ser un abogado de la UAH para mí significa ser una persona con conciencia social. Es un orgullo porque es una universidad muy seria –de formación jesuita que yo valoro mucho– y comprometida con la comunidad y la acción social”. La egresada además insiste que la justicia social es una propiedad que le atribuye a la facultad y asegura que “la formación de la Alberto Hurtado te motiva a prestar tu servicio profesional a la gente que más lo necesita”. Mauricio Jullian, egresado de Derecho UAH, lo describe de la misma forma: “Hay un aspecto transversal a todos los egresados y profesionales de la Universidad Alberto Hurtado y es el compromiso social”.
El factor social omnipresente también es reconocido por los académicos que forman la facultad, quienes lo identifican y destacan. No ven la universidad sólo como un espacio de normas frías, sino como una casa de estudios con una fuerte base valórica. Según el académico Enrique Rajevic, esta facultad es ideal para quienes “creemos en el derecho como una herramienta de transformación social y una fórmula para lograr una sociedad con mejores y mayores oportunidades, con derechos que respondan a la dignidad de las personas”.
Gustavo Poblete, docente de Derecho UAH, se encuentra alineado con esta visión y sostiene que la educación en la Alberto Hurtado está destinada a “una parte de la comunidad que desea y anhela tener conocimientos para poder utilizarlos como herramientas y ayudar de esa forma al prójimo”. A partir de esto, la académica María José Arancibia atribuye gran parte de dicho factor social a la tradición jesuita: “Permite que el profesor pueda enseñar los valores de los jesuitas como la igualdad, la no discriminación, la preocupación por el otro. De no solamente enseñar leyes, números y artículos, sino que enseñar derecho. Derecho que a ellos les va a servir a futuro para aportar a la sociedad, para ser mejores personas”.
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