Fuente: El Mercurio de Antofagasta
Corte Suprema ordenó que Registro Civil se encargue de ubicarlos. Hay unos 3.500 menores en esta condición en el país y esta semana se denunció un nuevo caso en Calama.
A raíz de una investigación que desarrolló el Servicio Jesuita al Migrante (SJM) junto con el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales y la Clínica para Migrantes de la Universidad Alberto Hurtado, se ubicaron físicamente a 161 de los 3.500 niños hijos de extranjeros que viven en condición de apátridas en nuestro país. Esto gracias a un operativo que desarrollaron estas instituciones en valles de Tarapacá y Arica.
Los casos fueron llevados a la Corte Suprema, la cual resolvió que deben ser prontamente inscritos como chilenos.
Además la Corte citó a una conciliación entre las partes, a la que asistieron el SJM, los centros de las universidades Diego Portales y Alberto Hurtado, el Registro Civil y el Departamento de Extranjería. En ésta se determinó que el Registro Civil deberá corregir las actas de nacimiento tanto de los 161 niños encontrados en el norte, como de los más de 3.300 restantes.
Por lo anterior, los menores que aún permanecen anónimos, deben ser ubicados por el mismo Registro Civil. Además, el Estado deberá realizar un acto de reparación para estos niños nacidos en Chile entre 1996 y 2014, el cual aún está por definirse.
Esta resolución tendrá impacto a nivel regional, ya que desde el año pasado diversas organizaciones de la sociedad civil vienen denunciando que hijos de migrantes nacidos en Antofagasta han sido inscritos como «hijos de extranjeros transeúntes», quedando en la práctica como apátridas, a lo que se suma que esta semana se detectó un nuevo caso en Calama, en el cual se hizo parte el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
