El día 18 de noviembre, y a un mes del inicio de la movilizaciones, se desarrolló en la Facultad de Derecho un conversatorio organizado por el Centro de Seguridad Urbana, titulado «Seguridad pública en el contexto de las movilizaciones sociales».
En la oportunidad expusieron Lucía Dammert, profesora de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago; Antonio Frey, ex subsecretario de Prevención del Delito; y Franz Vanderschueren, director del Centro de Seguridad Urbana UAH.
En su exposición, la profesora Dammert declaró que la policía «no es tan profesional como creíamos, es abusiva, con una inteligencia que data de la dictadura, sin mayores procesos de profesionalización y evolución». En este contexto, es necesario una reforma policial, que cambie una forma cultural de actuar, la del carabinero abusivo que, sin embargo, está bajo la responsabilidad de un ministerio que contiene una responsabilidad política.
Por su parte, el ex subsecretario Frey criticó esta postura por ausencia de discurso sobre el fenómeno actual, el cual expresa una diferenciación entre votantes y activistas, lo que sumado a la falta de articulación de demandas, hace complejo responder socialmente para la disminución de la ansiedad y la violencia. La respuesta del mundo político, según Frey, surge del miedo a no saber qué puede venir y cómo controlar masas. Desde su perspectiva, sorprende más el movimiento social, que el actuar de carabineros, el cual era esperable.
El profesor Vanderschueren comentó que el fenómeno social de movilización y la violencia que se expresa en este contexto, se debe entender como una expresión de rebelión contra el sistema de representación política. «Quienes lo comprendieron más rápido fueron los alcaldes con el llamado a consulta. Es necesario establecer elementos de reforma policial y repensar la coproducción en la ciudad y el rol del ciudadano, principalmente con el surgimiento de chalecos amarillos, por ejemplo, que fungen como autorregulación ciudadana de personas que en el contexto de las manifestaciones comenten delitos», sostuvo. Y agregó que «el contexto social actual ha generado desorden social, miedo y un rechazo a la élite económica, generándose una obsesión por construir enemigos, expresiones diversas de violencia, conmoción ciudadana y una defensa de la política tradicional que dificulta la comprensión de problemas ciudadanos.»
Para finalizar, y a modo de conclusión, se puntualizó la necesidad de reconocer las demandas ciudadanas para abordar elementos a la base del descontento social y sus expresiones de violencia. En el actual contexto, el uso desproporcionado de la fuerza, que incluye violaciones a Derechos Humanos, ha generado un proceso de deslegitimación del actuar policial -institución que hasta hace un par de meses contaba con aprobación ciudadana superior a los partidos políticos- por lo que una reforma policial es esencial para lograr restablecer el tejido social con la ciudadanía.