Lieta Vivaldi, académica e investigadora del Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas (CiPP) de la Universidad Alberto Hurtado, comentó en su columna de opinión que “un sistema integral de cuidados, en este sentido, debe tener el rol de garantizar las condiciones bajo las cuales las personas ejercen el cuidado, fomentar la corresponsabilidad social”.
Los cuidados son imprescindibles para el sostenimiento de la vida, e incluyen todas aquellas actividades necesarias para asegurar el bienestar físico y emocional de las personas. Todos los seres humanos necesitamos ser cuidados en etapas o momentos de nuestras vidas y además la mayoría nos haremos cargo del cuidado en algún momento de alguien de nuestro entorno. La tarea y los costos que implica este trabajo está radicado injusta y fundamentalmente en las familias y particularmente en las mujeres.
Estuvieron por mucho tiempo invisibilizados. La pandemia, la transversalización de perspectivas de género, las demandas desde los movimientos feministas y de mujeres entre otras, han dejado en evidencia la importancia de contar con un Sistema Integral de Cuidados en Chile.
En todo el mundo el trabajo de cuidado es realizado mayoritariamente por mujeres (OIT, 2022), y en el caso de Chile, ellas dedican en promedio 3 horas diarias más que los hombres a realizar estas labores (ENUT 2015). La importancia de los cuidados ha quedado también respaldada en diversas investigaciones. Comunidad Mujer realizó un Estudio Nacional de Valoración Económica del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado en Chile, que mostró que estos trabajos en Chile representan un 21,8% del PIB ampliado. Por su parte, la Encuesta Social COVID-19, ejecutada en 2021 por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia y el INE, indican que 33,3% de las mujeres tienen tareas de cuidados y trabajo doméstico no remunerado, y 28,8% de las mujeres que tiene a su cuidado alguna persona mayor o persona con discapacidad presenta algún tipo de síntoma, más o menos grave, de depresión o ansiedad.