El analista político venezolano y profesor de la UAH, Juan Luis Modolell, llegó a Chile en 2015. Doctor en Derecho, dice que lograr que Maduro colabore con Boric en temas de crimen y migración “es difícil”, porque “al gobierno venezolano no le interesa el tema de la diáspora de sus nacionales. Darle relevancia al tema sería una forma de reconocer su fracaso”.
Entrevista completa en Ex-Ante
-El subsecretario del Interior Manuel Monsalve quería viajar antes del 15 de diciembre a Venezuela para firmar un acuerdo de colaboración con el régimen de Maduro en torno a la migración, persecución penal y crimen organizado. ¿Por qué no ha sido posible?
-Se confirma lo que dicen muchos especialistas: al gobierno venezolano no le interesa el tema de la diáspora de sus nacionales. Darle relevancia al tema sería una forma de reconocer su fracaso. Por ello nunca muestra mayor interés, ni reconoce, que hay cerca de 8 millones de venezolanos esparcidos por el mundo. Además, el gobierno venezolano tiene una actitud de indiferencia hacia quien se va del país. No es un problema para ellos. Por eso, cualquier colaboración en el tema depende de la “buena voluntad” del gobierno venezolano.
-¿Este tema del viaje fallido de Monsalve ha sido comentado en Venezuela?
-No, no ha habido ningún tipo de noticia en ese sentido. Ahora hay otra noticia que cobra interés sobre el crimen de un famoso rapero asesinado al parecer por chilenos. Se llamaba Cancerbero. Murió en el 2015, se había creído que había sido un suicidio y ahora se ha desempolvado y parece que fue una pelea y los responsables serían chilenos.
-El fiscal Tarek William Saab dijo: “¿Qué cosa tan diferente hubiera pasado si dos venezolanos matan a Víctor Jara en Chile? No quiero ni imaginarlo… En Chile hay una xenofobia antivenezolana brutal”. ¿Se explota un cierto anti chilenismo?
-El Fiscal desempolvó un caso de 2015, y resulta que los implicados son chilenos. Aunque se trata de chilenos que tienen más de 40 años en Venezuela, incluso puede que los supuestamente implicados hayan nacido en Venezuela. Todo luce muy extraño
-¿Cómo están las relaciones hoy en día entre Boric y Maduro?
-Sucede que desde el comienzo Boric estuvo condenando la violación a derechos humanos especialmente en Venezuela. Ahí marcó una distancia con relación a Maduro desde que es presidente. Por otro lado, es una relación compleja porque en la coalición del gobierno chileno está el Partido Comunista. Pero una señal positiva es que hoy hay un embajador de Chile en Caracas.
-Jaime Gazmuri, el primero desde 2018.
-Así es. No había embajador de Chile en Venezuela y ahora lo hay. Efectivamente Boric tiene un interés especial, porque necesita agilizar la deportación de venezolanos, que estén indocumentados, que hayan entrado ilegalmente. Por eso le conviene a Boric una relación fluida con Venezuela.
-¿Hay una molestia de Maduro con el presidente Boric, por estas declaraciones condenando la violación de los derechos humanos en Venezuela?
-Al comienzo, sí. Incluso lo pintaba como traidor, cobarde. Pero con el nombramiento del embajador, la cosa aflojó. Ahora la relación es más fluida que cuando estaba Piñera.
-Lo que intentó hacer el subsecretario Monsalve es ir a Venezuela para intercambiar información sobre narcotráfico, crimen organizado y devolución de venezolanos ¿Es ingenuo pensar que puede haber una colaboración sobre estos temas con Maduro?
-Es difícil porque de cierta forma ha habido siempre algo extraño en relación con estos grupos, como el tren de Aragua y otros, con los cuales el gobierno de Maduro ha hecho la vista gorda.
Y no sé hasta dónde Venezuela va a suministrar información sobre eso. La colaboración para enjuiciar a venezolanos delincuentes no se ve fácil, porque al no ser Venezuela un Estado de derecho como tal, no aplica esa relación en materia de colaboración judicial.
-¿En Venezuela, cómo está la situación del crimen organizado?
-Desde las cárceles se maneja la delincuencia en Venezuela. Y en cierta forma el Tren de Aragua es una franquicia que se exporta al extranjero.
En la cárcel de Tocorón hubo una especie de motín, entonces el gobierno fue a tomar la cárcel. Pero se escapó el cabecilla del Tren de Aragua y no se sabe dónde está. Lo están buscando por toda Latinoamérica.
-Ahora está el tema de Guyana. ¿Es un potencial conflicto que Maduro está utilizando en términos políticos?
-Sí, indudablemente. Es un conflicto que tiene más 100 años, una reclamación de territorio, primero con Inglaterra, después cuando se independizó la Guayana Inglesa era con Guyana. El Gobierno llamó un plebiscito para que la gente se pronunciara. Fue una respuesta a las primarias de la oposición.
Hay una división en la oposición, porque un sector le hace el juego al gobierno en ese tema y otro no. Un sector dijo que había que votar y defender el territorio. Siempre esta el uso de la cuestión nacionalista, así como también hizo la dictadura en Argentina en su momento con las Malvinas. Es una forma que los gobiernos totalitarios utilizan para mantener unidad.
-Estados Unidos está haciendo algunos movimientos en Guyana.
-Así es. Inglaterra también mandó un patrullero. Esto envalentona al gobierno de Maduro, así como cuando Cuba se sentía agredida, entonces hacían movilizaciones porque anunciaban una inminente invasión norteamericana. Por otro lado negocia con Estados Unidos la entrega de varios presos políticos norteamericanos a cambio de Alex Saab, empresario colombiano vinculado al gobierno de Maduro, solicitado por EEUU por lavado de dinero. Venezuela lo entregó y Estados Unidos lo utilizó como pieza de cambio para que soltaran unos norteamericanos que estaban presos.
-¿La inseguridad ha aumentado en Venezuela?
-Había bajado la delincuencia, porque hubo una especie de razzia que hicieron los organismos de seguridad en los barrios. Hace un año habían bajado los índices de homicidios, pero sigue siendo un país muy, muy inseguro. Y ahora volvió a subir.
Uno cuando va a Venezuela, fui el año pasado en esta época, lo que impresiona es que es un país vacío. Antes veías mucha gente en Caracas y ahora notas los centros comerciales vacíos, no hay mucha cola ni mucho tráfico. Eso llama la atención.
-¿Es como un país estancado?
-Así es, totalmente. Un país que se quedó en el siglo 20, en los 80. La misma infraestructura. Un país de cierta forma rendido. Pero sí parece que la oposición se activó un poco con las primarias que ganó María Corina Machado. Hay una especie de esperanza.