Lieta Vivaldi, investigadora del Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas (CiPP) y académica de la UAH, comenta que: “El negacionismo abarca una serie de acciones que incluyen la negación total o parcial, la justificación, la relativización, la banalización o la minimización de las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura cívico militar en Chile, además de ensalzar a quienes cometieron dichos crímenes”.
La académica de la Facultad de Derecho afirma en una Carta al Director publicada en el Diario La Tercera que el negacionismo atenta contra los principios básicos de convivencia y democracia, pues no reconoce lo experimentado por las víctimas y los familiares, negando la historia del propio país. Es por esta razón que las declaraciones del consejero constitucional más votado, Luis Silva, al reconocer admiración por Pinochet calificándolo como un hombre que logró rearmar al país, son para la abogada inaceptables.”El intento de legitimación del dictador Pinochet por parte del consejero Luis Silva es un acto negacionista. El “negacionismo” no es sólo negar las violaciones de derechos humanos, sino también minimizarlas, banalizar, legitimar y ensalzar la figura de los perpetradores”, destaca Vivaldi.
En entrevista con el equipo CiPP, la Consejera del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) señala que la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Comisión Rettig); la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación; Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (Comisión Valech); y la Comisión Asesora para la Calificación de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política y Tortura, a través de sus respectivos informes constataron que existieron crímenes de lesa humanidad que incluyeron desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y prisión política y tortura.
“En Chile vemos expresado el negacionismo en la relativización de estos hechos, su negación o justificación. Lo sucedido no solo constituyen violaciones individuales a la vida o integridad física, sino a la propia humanidad de las personas que lo sufrieron. Además, trasciende lo individual hacia lo colectivo”, enfatiza la académica.
Lieta Vivaldi relata que esta negación de hechos tan dolorosos y dramáticos provocan que las personas comiencen a pensar que esos discursos son aceptables en la sociedad y permiten que se debilite el consenso social que establece que las violaciones a los derechos humanos no pueden ser permitidas en sociedades democráticas y sobre todo, se crea el clima propicio para su repetición.
“A nivel comparado encontramos varias experiencias en que se penaliza el negacionismo, como en Alemania o España, por ejemplo. Ahora bien, de todas maneras, el establecer leyes que sancionen el negacionismo no soluciona el problema de fondo. Para ello, es necesario avanzar más allá en garantías de no repetición, robustecer la memoria histórica, los discursos públicos, los sitios de memoria y la educación en derechos humanos en todos los niveles además de fortalecer la matriz cultural de los derechos humanos en la sociedad. La academia y universidades aún están muy al debe en cuanto a la incorporación de los derechos humanos en las mallas curriculares. A 50 años del golpe de Estado en Chile, se torna necesario enviar un mensaje a la sociedad que establezca con claridad que hechos como los que ocurrieron durante la dictadura no pueden volver a ocurrir”, puntualizó la consejera del INDH.
Puedes leer la carta al director de Lieta Vivaldi en el siguiente enlace: https://www.latercera.com/opinion/noticia/banalizar-la-violencia-una-amenaza-a-la-democracia/EVJ5HFSCWREMDOJMFEU2BNTU6I/