Académica de la UAH y presidenta del Directorio del Servicio Jesuita a Migrantes, Macarena Rodríguez, publica columna en el diario La Tercera donde plantea que la nacionalidad es un derecho fundamental, es la puerta de acceso a otros derechos y el momento más importante para su reconocimiento y ejercicio es en la niñez y adolescencia. Argumentos sobre el legítimo ejercicio de soberanía de cada uno de los países para definir quiénes son sus nacionales no nos deben impedir ver que lo que verdaderamente se hace con normas que restringen la nacionalidad es dificultar el desarrollo progresivo de niños y niñas, que además no tienen ninguna responsabilidad ni injerencia en estos asuntos.
La Constitución señala que son chilenos los que nacen Chile, con excepción de los hijos de personas en servicio de otros gobiernos y de los hijos de extranjeros transeúntes.
Hace algunos días atrás, la Corte Suprema dictó un fallo reconociendo la nacionalidad chilena de un niño, nacido en Chile, hijo de una madre boliviana y al que se le había desconocido su nacionalidad, suponiendo que la madre era transeúnte (estaba de paso) en Chile, sin que así fuese en los hechos.