La decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado, Miriam Henríquez, escribe columna en Diario La Tercera donde expone: Solo las constituciones que tienen a la base el consenso permiten construir acuerdos sustentables y permanentes en el tiempo.
Cualquiera sea la opción que triunfe en el plebiscito ratificatorio del 17 de diciembre, lo cierto es que tanto la Constitución de 1980 como la nueva Constitución requerirán reformas. Improbablemente el asunto constitucional se clausurará con una eventual entrada en vigencia de la Constitución propuesta por el Consejo Constitucional y difícilmente un cuarto proceso constitucional tendrá cabida en el corto plazo.
Por eso, corresponde tener presente que no tiene las mismas aristas reformar la Carta actualmente vigente que cambiar el texto constitucional propuesto. Más allá de quién debería impulsar los cambios en cada caso, es relevante considerar las exigencias que deberán sortearse en una y otra hipótesis ante el Congreso Nacional.
Como sabemos, el principal efecto del “triunfo” de la opción “En contra” es que la Constitución de 1980 mantendría su vigencia. En ese contexto, su reforma requerirá el voto conforme de las 4/7 partes de los diputados y senadores en ejercicio…