Las investigaciones de Hugo Rojas, profesor de Sociología del Derecho y Derechos Humanos en la Universidad Alberto Hurtado e investigador del Instituto Milenio de Investigación sobre Violencia y Democracia (VioDemos) y del Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas UAH (CiPP), han sido destacadas en el “Día Mundial de la Justicia Internacional” por sus contribuciones a la promoción y protección de los derechos humanos.
El libro del profesor Rojas titulado Human Rights and Transitional Justice in Chile (Palgrave Macmillan, 2021), escrito junto a Miriam Shaftoe, ha sido mencionado por Springer Nature como una de las 40 novedades recientes en estudios de paz, conflictos, raza, inmigración y reformas a la justicia.
El 17 de julio se celebra anualmente el Día Mundial de la Justicia Internacional, que marca el aniversario del Estatuto de Roma, tratado que crea la Corte Penal Internacional, el Estatuto de Roma. Ese día ofrece a la humanidad la oportunidad de unirse para promover un mundo cada vez más justo, con el objetivo final de alcanzar la paz y seguridad a todas las personas. Más antecedentes sobre esta conmemoración y las novedades editoriales aquí.
En el blog de Springer Nature ha sido publicada la entrevista “Hugo Rojas on Justice, Social Movements and Promoting Human Rights” (“Hugo Rojas sobre la justicia, los movimientos sociales y la promoción de los derechos humanos”). La entrevista en inglés se encuentra disponible aquí. A continuación puedes revisar la entrevista traducida:
Háblenos de la naturaleza de su trabajo
Investigo y enseño derechos humanos y justicia transicional en Chile. También formo parte de un centro de investigación sobre violencia y democracia. Este último año he publicado dos libros con Palgrave Macmillan: Human Rights and Transitional Justice in Chile (con Miriam Shaftoe) y Past Human Rights Violations and the Question of Indifference: The Case of Chile.
¿Qué significa la justicia para usted personalmente?
Uno de los objetivos que toda sociedad debe perseguir es la justicia. Esto significa que cada comunidad políticamente organizada debe establecer los mecanismos adecuados para resolver los conflictos en consideración a las normas jurídicas que ha aprobado soberanamente. Las soluciones y decisiones sólo serán justas si esas normas sustantivas y los procedimientos previamente establecidos son igualmente justos.
¿Cómo han contribuido los movimientos, como Black Lives Matter, a amplificar las narrativas globales en torno a la justicia social?
Los movimientos sociales suelen luchar contra aquellas normas legales o estructuras sociales que consideran injustas. Los movimientos sociales cuestionan críticamente a la sociedad y declaran su desacuerdo con la forma en que se abordan ciertos temas o cuestiones, especialmente por parte de los sectores dominantes. Los movimientos sociales suelen surgir para hacer frente a las injusticias y desigualdades que afectan a un grupo de personas que están descontentas con la forma en que son tratadas por el resto de la población. Detrás de todo movimiento social hay marcos teóricos, planes de acción, discursos y narrativas a favor del cambio social. Normalmente, estos discursos se inscriben dentro de lo que llamamos justicia social, precisamente porque los movimientos buscan acabar con lo que consideran una injusticia social. En el libro Human Rights and Transitional Justice in Chile (prontamente a ser publicado en castellano por Tirant lo Blanch) también mencionamos casos de injusticia social, como la falta de reconocimiento de las víctimas, sobrevivientes y sus familiares en el contexto de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y durante la transición política a la democracia (1990 a la fecha). El movimiento de derechos humanos jugó un papel fundamental en la recuperación de la democracia en Chile y en la inclusión de los temas de justicia transicional en la agenda pública. En la actualidad, los movimientos feminista e indígena están desempeñando un papel clave en el trabajo de la Convención Constitucional encargada de redactar una nueva Constitución para el Chile post-transicional.
¿Cuáles son los objetivos a corto y largo plazo de su trabajo?
A largo plazo, mi investigación busca fortalecer el Estado de Derecho, la calidad de la democracia y el reconocimiento de los derechos humanos. A corto plazo, pretendo avanzar hacia una investigación comparativa sobre la justicia transicional y prestar más atención a la política de los derechos humanos.
¿Cuál cree que es la forma más productiva en que los investigadores pueden involucrar a los responsables políticos? ¿Cuál ha sido su experiencia con el compromiso político?
Creo que la forma más productiva de tender puentes entre los investigadores y los responsables políticos es trabajar juntos en las múltiples cuestiones que interesan a todo el grupo implicado. Esto podría hacerse elaborando conjuntamente informes anuales, u organizando eventos y seminarios en los que nadie se sienta excluido de la conversación, o redactando documentos claros que sean útiles para el diseño, la aplicación y la evaluación de las políticas públicas. Hay instituciones en el mundo que tienen un magnetismo tan poderoso que pueden convertirse en centros neurálgicos de la discusión jurídico-política. Por ejemplo, la Fundación para el Derecho, la Justicia y la Sociedad.
¿Cómo ha trabajado y/o trabaja directamente para abordar la justicia, los derechos de las víctimas y/o la Justicia Penal Internacional? ¿Cómo se aborda esto en su investigación/trabajo?
En mis investigaciones he presentado propuestas para mejorar las condiciones de los pueblos indígenas en Chile. También he tratado de dar a conocer las opiniones y percepciones de las víctimas de la dictadura militar en Chile. Además, mi investigación ha contribuido a una mejor comprensión de las personas indiferentes a los derechos humanos, explicando sus causas y consecuencias sociales.
¿Cuáles son las formas más impactantes en que los investigadores pueden unirse y perpetuar estas importantes conversaciones?
La investigación de alto impacto es cada vez más interdisciplinar, intergeneracional y útil para un amplio abanico de sociedades de todo el mundo. Es importante que las y los investigadores traten de transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones, especialmente durante sus años universitarios. Este tipo de investigación requiere también personas que trabajen en organizaciones públicas. La resonancia de la investigación académica aumenta considerablemente si se traduce a un lenguaje amable a través de los medios de comunicación o las redes sociales.
¿Qué aspecto tiene la participación pública en su campo y qué importancia cree que tiene para los investigadores tener un impacto social con su trabajo?
En el campo de los derechos humanos, la participación pública es extremadamente importante. Investigar los derechos humanos sin tener en cuenta los graves problemas que pueden surgir para la población -o algunos grupos sociales- no tiene sentido. Por el contrario, lo que se espera de las ciencias sociales es que propongan información y datos útiles para los procesos de toma de decisiones en el ámbito público.
¿Qué avances le gustaría ver próximamente hacia la justicia, los derechos de las víctimas y/o la Justicia Penal Internacional?
Me encantaría que todas las sociedades fueran capaces de promover una cultura de los derechos humanos mucho más sólida e intensa que la que vemos hoy en día. Alcanzar niveles altos y sofisticados de cultura de derechos humanos debería contribuir a fortalecer la democracia y el Estado de Derecho. Evidentemente, alcanzar un objetivo de ese tipo requiere un esfuerzo de cooperación en el que participen diversos sectores de la población, incluido el mundo académico.