Se encuestaron a 733 personas en situación de calle de la comuna de Santiago. Los datos obtenidos hablan de un aumento de esta población después del estallido social y la pandemia: “La percepción de las personas en situación de calle ha aumentado y complejizado y esto se puede explicar, entre otras razones, por una mayor visibilización al ocupar espacios públicos como plazas y parques”, señala el estudio.
Irací Hassler, alcaldesa de Santiago sobre el estudio de situación de calle realizado por la UAH: “Es pionero al abordar de manera amplia la diversidad de perfiles que requieren intervención diferenciada”
José López, más conocido como Pepe, de 47 años, vive hace un año y medio en su carpa en el bandejón del río Mapocho a la altura del Puente Loreto luego de quedar cesante debido a la pandemia.
Hasta antes de la primera cuarentena derivada del Covid 19 trabajaba en el Hotel Atton y tenía su departamento en calle Almirante Barroso, pero una vez finiquitado por la falta de movimiento turístico no hubo más trabajo y ahora sigue buscando trabajo, pero cuando postula y dice que no tiene dirección, lo discriminan.
Don Manuel de 90 años vive en calle Portugal y llegó a este lugar luego de pelearse con su hermana y dejar su vida de cantante de zarzuela que en un momento ya no le dio posibilidad de subsistir. Pasó a ser parte de la lista de personas que no tiene hogar en la comuna de Santiago, hace cinco años, vive de su pensión y de la caridad de los vecinos del barrio.
Natalia Cases, 42 años, recorre la Avenida Portales donde tiene sus nuevos amigos que comparten, igual que ella, la alta vulnerabilidad de los que pernoctan en la calle y en albergues. Para ella ser mujer en la calle, “no se lo da a nadie”.
Estos testimonios son parte de los 733 chilenos registrados por la consultoría del Programa de Intervención de Personas en Situación de Calle-Estudio adjudicado por el Centro de Seguridad Urbana de la Facultad de derecho de la UAH, que se enmarca en el Programa de Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática coordinado técnicamente por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo y ejecutado por la Ilustre Municipalidad de Santiago.
¿Hay más población de calle o no?
Según el estudio, después del estallido social y la pandemia la percepción de las personas sin hogar ha aumentado y se ha complejizado. Esto puede explicarse entre otras razones por: una mayor visibilización al ocupar espacios públicos como plazas y parques, por el aumento del temor instalado por la pandemia respecto a las normas de higiene, que condicionan las lógicas de relación y vinculación con el otro, por el aumento de casos de vinculación de personas en situación de calle con grupos o actividades delictuales, que han terminado en operativos policiales como el ocurrido en el Parque Forestal en el mes de agosto del 2021. Y la irrupción de migrantes en el espacio público, que dada su situación migratoria pernoctan en el espacio público, alimentando una serie de discursos xenófobos que abogan por una expulsión o erradicación de estas poblaciones.
El fenómeno presenta alta movilidad porque se mueven a lo largo del territorio traspasando las fronteras comunales, regionales e incluso en algunos casos nacionales. Por otro lado, 10 años en promedio reconocieron los encuestados que viven en estas condiciones y la relación entre personas en situación de calle y la comunidad se identificó como “dicotómica” porque transita entre el rechazo y la caridad. Esta dicotomía tiene como base prejuicios instalados en el imaginario de las personas. Muchas aceptan al habitante de calle mientras no habite en mi entorno inmediato, señala el estudio.
Los resultados más relevantes se entregaron en el seminario “Dinámicas de la situación de calle en la comuna de Santiago, repensar la política pública desde lo local” realizado en la UAH y contó con la participación del rector de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Silva sj, la alcaldesa de la Ilustre Municipalidad de Santiago, Irací Hassler, la Jefa de la División de Desarrollo Social y Humano del gobierno regional, Evelyn Magdaleno, el director del Centro de Seguridad Urbana de la Facultad de Derecho de la UAH, Franz Vanderschueren más el equipo de investigadores dirigido por Alexis Guerrero e integrado por Germán Díaz, Ana María Munizaga, María Cecilia Jaramillo, María Paz Trebilcock, Julieta Palma, Edgardo Navarro y Carmen Sepúlveda y organizaciones sociales, ONG y vecinos y vecinas.
El origen multicausal
Para la alcaldesa, Irací Hassler este estudio tiene el valor de identificar que el fenómeno de personas viviendo en la calle es multicausal con diversidad de perfiles derivado de vidas cotidianas con rupturas de vínculos familiares y también del nuevo fenómeno que tiene que ver con el aumento de familias completas de migrantes sin hogar que han llegado a la Región Metropolitana. Todas estas situaciones necesitan intervención psicológica, apoyo en la inserción laboral y un abordaje con enfoque de género y de derechos humanos, enfatizó. Y agregó que luego de comprender la dimensión de la problemática el desafío es poder avanzar como comuna y como país a que las personas en situación de calle tengan una alternativa y también quienes se encuentren en una situación de vulnerabilidad que eventualmente podrían llegar a la situación de calle, el gobierno local pueda llegar antes y evitar esta situación.
Falta de voluntad política
En el término de su exposición, la alcaldesa fue muy crítica con el gobierno porque según señaló le redujeron en un 24% los recursos que recibe la municipalidad de Santiago para atender a personas en situación de calle y desde el Ministerio de Desarrollo Social no han aceptado reunirse con ella para tratar el tema: “Creo que era importante poder señalarlo aquí que junto a la falta de prioridad política que ha tenido el ministerio de desarrollo social en este abordaje, nosotros como municipio hemos hecho un esfuerzo presupuestario con un aumento de un 63% para las personas en situación de calle y mejoramos el albergue de calle Portugal, y vamos a construir uno nuevo”, concluyó.
En tanto el rector de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Silva SJ, coincidió con el gran aporte que significa la relación entre la academia y los gobiernos locales y en especial de la UAH porque lleva el nombre del apóstol de la justicia social. “La opción por los más pobres es el sentido del trabajo de un gobierno y es también uno de los sentidos de la academia. Si nuestra reflexión universitaria no aportara a la reflexión publica seria vacía y sin frutos y si vuestra acción de autoridad pública no se nutriera de una buena reflexión académica, sería ciega. Entonces ésta feliz articulación es motivo de alegría”, sostuvo.
El error del enfoque asistencialista
Por otra parte, la jefa de la División de Desarrollo Social y Humano del gobierno regional, Evelyn Magdaleno consideró que frente a los datos de esta investigación toma urgencia que esta temática sea abordada de forma integral y para eso se requiere a la sociedad civil, a los municipios, al gobierno regional y cambiar el enfoque en la intervención. Para Magdaleno, la carencia de políticas ha llevado a tener un enfoque asistencialista muchas veces equivocado en la intervención, es por eso que desde el gobierno regional anunció una nueva gobernanza en alianza con los municipios y la academia para “correr el cerco y empezar de cero y que la solución no sea conseguir un cupo en un albergue, si no que responder a la pregunta cómo hacemos para que esta intervención tenga una salida gubernamental con un enfoque centrado en la vivienda, en la dignidad y autonomía de las personas”, dijo.
Magdaleno valoró además el análisis cualitativo del estudio que ayuda a eliminar un montón de mitos que circulan hacia las personas sin hogar sobre todo el que los relacionan con delincuencia y porte de armas: “Si bien existen algunas situaciones de delincuencia, no es la gran mayoría”, señaló. Y terminó su exposición con el anunció que junto con los municipios de Providencia, Independencia y Recoleta están evaluando un programa piloto para poder implementarlo en todo el eje del río Mapocho.
El estudio se realizó en mayo del 2021 y en cuanto al origen o causa inicial para establecerse en la calle un 47% de las personas dijo tener problemas con relaciones familiares o de pareja; un 58% de ellos un consumo habitual de alcohol y un 23% reconoce que tiene una adicción al alcohol, al consumo de otras sustancias o drogas y un 45% declaró que no consume en contraste a un 18% que declara que su consumo es reiterado y que no lo puede controlar. El habitante de calle es alguien con vínculos quebrados, especialmente los familiares, afectivos y personales; y, por otra parte, son personas que están desvinculadas del sistema social (educativo, económico, productivo).
La calle no es vida para nadie
Otra perspectiva que entrega y que es relevante para el municipio es que reconoce que la vida en calle no es una opción, sino más bien una condición resultante de una concatenación de causas relacionadas, en su mayoría, con la vulnerabilidad social extrema en que se encontraban estas personas antes de quedar sin hogar. “La gran mayoría de las personas que están en calle quisieran dejar de estarlo”, sostuvo el coordinador del Centro de Seguridad Urbana, Germán Díaz.
Otro de los elementos que alerta a las autoridades es la preocupante exposición a riesgos en la ciudad porque son testigos y víctimas de diversos delitos (agresiones, robos, hurto, abuso). La calle, en especial durante la noche, es percibida como un espacio de alto riesgo y que les genera temor, concluye Díaz.
Por último, la investigadora Anita Munizaga presentó los principales desafíos para abordar el fenómeno desde el Estado. Su exposición partió definiendo que la vida en calle implica una vulneración permanente de los Derechos Humanos y que a nivel global es la población expuesta a los riesgos más altos frente a catástrofes naturales, crisis mundiales, nacionales y locales y que en este estudio las mismas personas declaran la necesidad de vivir en un lugar que les aporte seguridad de forma estable “la calle no es vida para nadie”. Y en cuanto a las recomendaciones,
Munizaga fue clara en identificar que es necesario reevaluar las diferentes formas, diseños y planificación de habitabilidad y desarrollo urbano, repensar los múltiples usos que implica el espacio público, el valor del suelo, el mercado inmobiliario y la crisis económica que pone de manifiesto el riesgo de habitar la calle por parte de grupos más vulnerables.
Para finalizar, este estudio aporta en conocer mejor el fenómeno, desmitificar miradas y ampliar la comprensión de quiénes son, por qué viven en la calle, sus formas de habitarla y las necesidades que de allí surgen. En ese sentido, la investigadora, Anita Munizaga señaló que esta consultoría con las cifras obtenidas y el análisis cualitativo deja nuevas preguntas que interpelan no sólo al Estado sino que también al ciudadano de a pie: ¿Cuántas realidades ocultas hay en calle que no conocemos? ¿Qué criterios priman en la puesta en valor del espacio público? ¿Es un derecho habitar la calle? ¿Qué refleja el fenómeno de la calle acerca de la sociedad que somos?
Revisa aquí el seminario completo en el siguiente link