El 01 de julio, los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado Vicente Ramírez Escobar y Valentina Ventura Duprat fueron reconocidos con el Premio Tesina de Excelencia por sus trabajos entregados en 2024.
Por Daniela Sánchez M.
La premiación se realizó en un almuerzo al que asistió la decana de Derecho UAH, Miriam Henríquez; la directora de Investigación, Pamela Mendoza; el director de Carrera, Mauricio Baquero; y los profesores Carlos Guajardo y Rodrigo Coloma. Los estudiantes recibieron un diploma de reconocimiento y un premio canjeable en libros de DER Ediciones.
Vicente Ramírez fue destacado por su tesina “Imputabilidad en el Derecho Penal Chileno: ¿Dónde están los límites y cómo se abordan el TEA y el TDAH en materia penal?», que realizó con la orientación del profesor José Manuel Fernández. La segunda tesina ganadora fue la de Valentina Ventura titulada “Reflexiones en torno a la autonomía de la voluntad en la teoría de los contratos”, supervisada por el profesor Rodrigo Coloma.
«Desde la Dirección de Investigación de nuestra Facultad, celebramos con orgullo el Premio Tesina de Excelencia de Pregrado. Este reconocimiento no solo destaca el esfuerzo y la rigurosidad académica de nuestros estudiantes, sino que también visibiliza la investigación desde el pregrado. Felicitamos a quienes han sido distinguidos, así como a sus profesores guía, pues son trabajos destacados especialmente por la innovación, rigor y profundidad, aporte disciplinar, calidad metodológica y excelencia formal», dijo la directora de Investigación, Pamela Mendoza.
Imputabilidad penal más diversa
La tesina desarrollada por Vicente Ramírez -que también fue premiada por el Instituto VioDemos- analiza si el artículo 10 N°1 del Código Penal chileno se puede aplicar a personas con TEA y TDAH, evaluando si estos diagnósticos pueden considerarse dentro de la inimputabilidad. “Aunque en general se asume que estas personas son imputables, la literatura penal chilena no aborda este tema en profundidad y los tribunales suelen tratarlo muy superficialmente. Por eso, reviso cómo se regula este tema en Chile, comparándolo con la experiencia española y considerando estándares internacionales de derechos humanos”, asegura Ramírez.
Y agrega: “Quise abrir el debate sobre si estos trastornos del neurodesarrollo realmente son relevantes cuando hablamos de imputabilidad penal, y también cuestionar si el Código Penal debería actualizar su lenguaje o si el problema es más estructural, es decir, cómo vemos a las personas con estos diagnósticos en el derecho en general, no solo en lo penal. La tesina propone reinterpretar el artículo 10 N°1 para garantizar un trato más inclusivo y justo”.
Sobre su experiencia elaborando la tesina, el estudiante asegura que “fue un proceso intenso porque elegí un tema del que casi no hay autores chilenos que lo aborden en profundidad, así que muchas veces terminaba ‘peleado’ con mi tesina y había que hacer un esfuerzo mental grande para sentarme a escribir. Pero al final, fue un trabajo hecho con mucho amor y dedicación, y los resultados fueron más que gratificantes”. Además, agradeció el acompañamiento del profesor Fernández, “quien siempre estuvo dispuesto a enviarme artículos, a criticar de forma constructiva el contenido y a orientarme con el orden de capítulos y párrafos”.
Avanzar hacia un modelo contractual más justo
El objetivo de la tesina de Valentina Ventura fue examinar críticamente la vigencia del principio de autonomía de la voluntad, aplicado desde una óptica liberal. “A lo largo del trabajo, me pregunté si existe una razón técnico-jurídica que justifique la fuerte influencia del liberalismo político en la teoría del contrato, considerando que esta visión, heredada del siglo XIX, muchas veces se sostiene más por inercia doctrinaria que por criterios normativos o prácticos vigentes”, explica la estudiante.
“En ese sentido, se propone la posibilidad de resignificar la autonomía de la voluntad desde una mirada solidarista, más acorde con las dinámicas complejas del tráfico jurídico contemporáneo, y avanzar hacia un modelo contractual más justo, equilibrado y funcional”, concluye.
Ventura describe el proceso de elaboración de su tesina como “intenso, desafiante y muy personal”, y cuenta que estuvo ocho meses dedicada completamente ella: “Con cariño digo que fue ‘mi hijo académico’: estuve leyendo muchísimo y descubriendo joyas civilistas, incluso del siglo XlX, que nos ofrece nuestra biblioteca, lo cual dio forma a la estructura conceptual de mi texto”, dice.
“Esta experiencia reforzó en mí una forma de trabajar metódica, crítica y consciente de la importancia de una buena investigación jurídica”, asegura Ventura, quien también agradece el acompañamiento de su profesor guía, Rodrigo Coloma, “que respetó mi autonomía sin dejar de exigirme profundidad”.
Cuestionar y ser creativos
Valentina se encuentra preparando su examen de grado y procurando en el estudio jurídico JLegal, en materias de Derecho del Consumo. Para ella, la tesina no fue sólo un requisito formal, sino que fue una instancia de formación intelectual: “Se cultivan herramientas que nos acompañarán en la práctica profesional: el análisis riguroso, la autonomía de pensamiento y el compromiso con el conocimiento jurídico”.
“Mi consejo es mirar el Derecho con una actitud crítica, sin asumir como incuestionables aquellas premisas que muchas veces se presentan como verdades absolutas. Cuestionar, problematizar y reinterpretar es parte esencial del ejercicio académico”, afirma Ventura.
Por su parte, Vicente también se encuentra preparando su examen de grado y actualmente trabaja en el Consejo de Defensa del Estado como procurador. Para él la creatividad es clave para el proceso de elaboración de una tesina. “Muchas veces nos enseñan Derecho como si fuera una carrera donde todo ya está escrito y regulado, pero cuando uno empieza a leer y profundizar, te das cuenta de que hay zonas grises y temas que no se han explorado a fondo. Entonces, mi consejo es que se atrevan a ser creativos y proponer ideas nuevas, incluso si al principio suenan poco convencionales. El derecho es una ciencia y, como tal, debe avanzar junto a la sociedad y otras disciplinas”.